jueves, 29 de diciembre de 2011

El ruido de las cosas al caer por Juan Gabriel Vázquez

Esta novela, premio Alfaguara 2011, no es exactamente una novela del narcotráfico como han dicho algunos.  Sí, incluye el problema de las drogas en Colombia y relata de cierta manera la vida de ciertos personajes involucrados en el trasiego de estupefacientes en los años 60, pero no lo permean todo las drogas, ni narra la vida disoluta de  los personajes de digamos para citar alguna, La Virgen de los Sicarios. Ciertamente hace unas acusaciones que van a levantar muchas ronchas cuando se publique su traducción al inglés.  Por lo que he investigado en mi búsqueda por la red, los Cuerpos de Paz rechazan vehementemente estar relacionados con las drogas, ya sea su fabricación o distribución.  En una película Colombiana de 2004 titulada El Rey, también se hizo esta acusación y los gringos, especialmente los asociados a los Cuerpos de Paz, andaban muy airados. Incluyo un fragmento de una entrevista con el autor en la cual habla de este asunto:

"De hecho, una de las revelaciones más inesperadas de la novela es el papel de los Cuerpos de Paz en el nacimiento del narcotráfico, un papel que Vásquez llama 'el secreto a voces de la historia de las drogas'. Los Cuerpos de Paz eran grupos de voluntarios bienintencionados –a veces evangelizadores, otras veces hippies– que Kennedy envió a hacer trabajo social en numerosos países para promover una imagen amigable de su país en el mundo. Muchos de ellos –más los hippies que los evangelizadores– pasaron por México y aprendieron el cultivo de la marihuana. Luego se desplazaron a Colombia y enseñaron a los campesinos a cultivarla. Su intención era proporcionarles un medio digno –y por entonces legal– de subsistencia."

     “Ahí surgió la Santa Marta Golden, una marihuana de calidad asombrosa que se convirtió en un símbolo de la contracultura americana durante los años sesenta. En 1969, para contenerla, Nixon cerró la frontera con México para impedir su entrada. En el 70, aprobó la primera ley antidrogas. En el 71, comenzó a hablar de ‘guerra contra las drogas’. Y militarizó la contienda. Pero el mercado ya estaba abierto, y las avionetas, operativas. La prohibición solo sirvió para aumentar su precio de mercado. Los pilotos, como mi personaje, aprendieron a volar bajo para evitar los radares. O a retirar los asientos para que entrase más cargamento. Y luego empezaron a llevar cocaína”.


Citas tomadas de.
http://www.tiempodehoy.com/cultura/lo-que-mata-no-son-las-drogas-lo-que-mata-son-los-sicarios